10 Sep La receta del éxito: Deseo + Esfuerzo = Triunfo
Hay 2 formas, que yo conozca, de mover una montaña.
Si tienes ante ti a un vasco o a un navarro, basta poner por delante la manida frasecita “a que no hay güevos…” y te colocan la montaña en un momentito donde mejor te venga.
La otra forma es empleando el deseo.
El deseo mueve montañas.
Y ahora, si me das 1 minuto, te lo aterrizo en el mundo de las finanzas personales (y en la educación de los niños).
¿Sabes por qué lograste la última cosa que te propusiste?
¿Sabes por qué yo he logrado llegar hasta aquí?
¿Sabes por qué Michael Jordan llegó a ser el mejor jugador de basket de todos los tiempos?
Porque tenía deseo.
Quería lograr algo.
Mucho.
Lo que más.
Y puso en ello (como tú y como yo) todo su empeño.
¿Sabes cómo llama la excelente conferenciante y divulgadora infantil Mar Romera a la generación actual?
La Generación de los niños Amazon.
Niños que dicen “papá quiero…” y al día siguiente, Amazon se lo trae a casa.
Eso es maravilloso.
Para Amazon.
Porque a mí me parece demencial.
El mayor generador de frustración que se ha inventado jamás.
Porque es justo lo contrario al mecanismo del que te quería hablar hoy.
El que llevó a Michael Jordan hasta la cima.
Te hablo de la gratificación retardada.
De ese gustirrinín especial que sientes mientras trabajas por conseguir algo…
Y que hace de motor para que lo consigas.
Es tu faro.
Tu guía.
Tu impulso.
Tú motivación.
Gracias a ese deseo de conseguir algo, haciendo cierto esfuerzo, consigues lo que te propongas.
Y además así sabe mejor.
Es el sabor del triunfo.
De la victoria ante los elementos.
Del logro.
Del éxito al alcanzar tu objetivo.
Si tienes más de 40 años, supongo que de pequeño te tocaría ahorrar la paga varias semanas e incluso meses para comprarte unas zapatillas, un skate, un balón, unos pendientes, unos patines… o simplemente cromos.
Eso hoy en día apenas se ve.
Y antes o después, lo pagaremos.
Como sociedad.
¿Por qué?
Porque los tiempos difíciles crean personas fuertes.
Las personas fuertes solucionan las cosas.
Con las cosas solucionadas los tiempos se vuelven fáciles.
Y los tiempos fáciles… crean personas débiles.
Y las personas débiles vuelven los tiempos difíciles.
Por eso, te invito a que pongas tu granito de arena para revertir esta perniciosa tendencia.
Cuando quieras algo, no te endeudes.
Busca formas alternativas de lograrlo más rápido (ingresos pasivos, inversión, echar más horas…).
Lo que sea.
Pero mantén viva la llama del deseo.
Ella impulsará tu inspiración, tu creatividad, tus ideas, tu ingenio.
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Iñigo Sáenz de Urturi
Consultor de Oro de Inversión y Metales Preciosos de Inversión
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